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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

jueves, 13 de marzo de 2014

?CRITICA Y RECRIMINACIÓN COMO ARGUMENTO, O ANÁLISIS Y RAZONAMIENTO COMO INSTRUMENTO?

Desde que la crisis sistémica concretó sus efectos (y los concretó, porque se visualizaron a pesar de estar solapados tras una falsa imagen de progreso y bienestar que se ha demostrado como un espejismo recurrente cuyo efecto  ha sido el de placebo temporal), la dinámica de las reflexiones ha sido repetitiva y, en mi opinión,no por ello positiva y dinamizadora de acciones:en definitiva, poco constructiva. Repetir los mismos argumentos, informaciones o datos no nos han llevado a encontrar esa intersección necesaria entre reflexión y acción, motivo por el que creo que nos encontramos en la actual situación de parálisis político y social.

Quizá la afirmación de "parálisis social" pueda ser arriesgada o injusta, pero el hecho de que solo se levanten voces minoritarias que cuestionen las estructuras de poder y su legitimidad es desalentador (a pesar de valorarlas como positivas por suponer una recuperación, aunque minoritaria, de valores fundamentales para la propia pervivencia de la sociedad)
La crítica sin más, no es productiva. Como tampoco lo es la actitud acrítica que se practica desde la posición de pertenencia al sub nivel político, repitiendo argumentos y discursos cuya única pretensión es condicionar la opinión en favor de intereses electorales coyunturales. Si el debate no es en torno a ideas y continúa inmerso en el bucle del "y tu más" o del "eso lo hicimos nosotros" o de recuerdos curriculares, flaco favor le estaremos haciendo a las ideas que decimos defender y miserable favor al futuro que decimos querer.

Mi opinión es que la revolución que debemos repensar, ya no es la revolución política, sino la revolución social basada en el conocimiento y la educación como único instrumento de lucha contra la sinrazón y el simplismo de los mensajes puramente propagandísticos que nos condenan a la miseria intelectual. Desde la reflexión, desde la pedagogía social podremos recuperar ese concepto tan necesario de ciudadanía en torno al que construir.

Los mensajes falaces lo son por su parcialidad y por su simplismo, y el eco que tienen o pueden tener siempre estará en función del receptor de esos mensajes. Por lo tanto, dejemos a un lado ( sin olvidar) el argumento recriminatorio y empecemos por recuperar el compromiso con la actitud crítica ( todos, emisores interesados y receptores actualmente anestesiados por el miedo) pero desde el conocimiento, el estudio y la reflexión: lo contrario a esto es simple retórica "ninista" que se retroalimenta de sus propios argumentos sin llevarnos a ningún sitio.

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