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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

lunes, 8 de agosto de 2011

¿ANTISISTEMA?. SÍ, ANTICAPITALISTA.

A algunos y algunas no nos disgusta, ni nos ofende que nos denominen antisistema, pues efectivamente nos consideramos antisistema: anticapitalismo. Y lo somos con todas las consecuencias. Aborrecemos la monarquía parlamentaria impuesta por el franquismo como parte de dejar "atado y bien atado" todo. Aborrecemos el sistema parlamentario que antepone los intereses de las direcciones del partido y los cargos a la de los ciudadanos, porque los que se llamaron un día de izquierdas solo mantienen algo de aquel discurso pero su practica es filocapitalista al máximo. Aborrecemos todo aquello que se defiende como axioma de la perfecta sociedad en la que vivimos: la alternancia saludable, la democracia formal cuatrianual, etc.
El capitalismo está demostrando a la raza humana su cara más criminal dejando morir de hambre o en la calle o sin futuro a miles de millones de personas, mientras los que viajan en coche oficial defienden la economía de mercado como el no va más, como el fetiche de la sociedad perfectamente equilibrada. Pero, aborreciendo la sociedad en la que vivimos, pensamos que existe la posibilidad ( mínima, pero existe) de que los trabajadores y trabajadoras se liberen de las taras culturales y sociales impuestas por el capitalismo, y habiendo aprendido a pensar por si mismos ( y no por los mensajes del propio sistema a través de la tele, los periódicos, la radio, Internet, los boletines oficiales, las ruedas de prensa...), tomen las riendas de su propio futuro a través de una progresiva pero profunda revolución social y económica. Es, en nuestra opinión, la única vía posible. Y para ello es necesario sumar y no restar. Es necesario que en el parlamento que hoy por hoy defiende el capitalismo y a sus secuaces, se sienten un gran número de diputados y diputadas armados con la democracia y, tanto con las propuestas y programas, como con su actitud ética y moral, cambien el rumbo de ésta sociedad. Esa puede ser la mecha que encienda la verdadera y definitiva rebelión contra el capitalismo, que como un reguero de pólvora se traslade de país en país, produciéndose lo único que puede salvar a la raza humana: la revolución social internacional.

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