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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

domingo, 2 de febrero de 2014

En dirección a la miseria

La reunión de la derecha española este fin de semana en Valladolid ha servido para…¿para qué ha servido?.
Si hacemos una lectura de su “manifiesto”, podremos darnos cuenta de que, aunque parezca imposible, el desprecio del partido de la derecha por la ciudadanía ralla el insulto. Su mismo lema (en la buena dirección) es una falacia que únicamente se refiere a los que más provecho han sacado del gobierno de la derecha a lo largo de estos dos años.
La retórica electoralista llena el documento que, con toda seguridad habrá sido redactado por un selecto grupo de asesores de comunicación. Las referencias a la igualdad, a la libertad, a los derechos sociales, a la justicia, choca con la practica que ha desarrollado el gobierno de derechas desde su acceso al poder.
Como no podría ser de otra manera, las referencias a la “herencia recibida” son la línea justificativa de las medidas que por “necesidad” han tenido que tomarse. Decir ahora que se cree en Europa, es como reafirmarse en que nada va a cambiar para que todo siga igual.

Desprecian la inteligencia de la ciudadanía al hacer referencia a la investigación, a las oportunidades de los jóvenes o al empleo como ejes de su propuesta europea. Todo lo hacen sin mirar de puertas a dentro: más del 50% de los jóvenes parados, destrucción de empleo, cierre de PYMES, desamparo social… Y el desprecio llega hasta límites verdaderamente cabreantes cuando se refieren a la libertad ( con una ley mordaza en ciernes que criminaliza y penaliza económicamente la movilización ciudadana), la igualdad ( cuando han desarrollado políticas que han provocado una desigualdad desconocida desde la década de los ochenta) o la solidaridad ( cuando han abandonado a los más débiles en manos del cruel mercado). Realmente es insoportable.

No hay líneas rojas que, pese a haber afirmado que no rebasarían, no hayan anulado y borrado a golpe de mayoría absoluta. No hay valores ( por muy precarios que fuesen en la sociedad) que no hayan pisoteado. Eso sí: su compromiso con los principios inspiradores del nacional catolicismo siguen intactos en su ideario.

Una sociedad que reflexiones serenamente sobre el pasado más inmediato debería sentir desprecios por las líneas surgidas del cónclave “popular”. Y no solo eso: debería sentir un profundo desprecio por los líderes que en ella han participado, pues sin pudor alguno, se han dedicado a defenderse, atacando. Atacando al oponente de forma beligerante al no tener ni ideas ni propuestas más allá de su consolidación en el poder.

Creo sinceramente que, tras la conferencia política que la derecha ha celebrado, tras las muestras inequívocas de prepotencia que siguen demostrando, tras la aceptación de una Europa basada en el vasallaje y no en la igualdad, no merecen ni un voto, pues será darles nuevamente aire para seguir pisando los derechos de los trabajadores y los más débiles.


Para finalizar, únicamente  decir que la presencia del Alcalde de El Campello no hace más que confirmar que, aunque insistan en diferenciar la política local de la estatal o la Europea, la derecha local comparte los ejes fundamentales de la política de opresión que se ha desarrollado desde el Estado sobre los trabajadores y trabajadoras. Que la creación de empleo es para ellos una mera intención, y que los servicios básicos que garantizan la igualdad y la libertad ( no se puede ser libre en la pobreza, no se puede hablar de igualdad en la desigualdad más extrema) no son más que mera retórica en un discurso vacío e irrespetuoso con la ciudadanía. Y ahí, la ciudadanía debería expresarse con contundencia: ni un apoyo a los que han abandonado a los vecinos y vecinas buscando únicamente su propio beneficio partidista y personal. Ni un solo apoyo a los que solo buscan limosna y no apoyo solidario a los más necesitados. Ni un solo apoyo a los que nos quieren seguir vendiendo como mercancía barata a la Europa de los capitalistas y los especuladores.

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