Francia está que arde. La contestación a las agresiones que el gobierno Frances quiere proferir a la clase trabajadora está encontrando una respuesta contundente y solidaria. L@s jóvenes se han sumado a las protestas con la energía que este colectivo tiene. El peligro de incrementar la precariedad y las trabas para acceder a un puesto de trabajo debido a la prolongación de la vida laboral han encendido la mecha de la rebeldía. ¿Y en España?. Sería injusto afirmar que l@s jóvenes en nuestro país únicamente piensan en la diversión sin mirar el futuro, pero lo que es cierto es que la despolitización que padecen nuestr@s jóvenes y la poca o escasa visión de futuro ( negro) presentan un panorama desolador.
Si hay una fuerza que de verdad impulse cambios, esa es la de los y las jóvenes. Un futuro plagado de incertidumbres debería provocar en nuestr@s estudiantes una reacción que, como mínimo, acojonase a la clase política. Sin vivienda, sin trabajo ( o con infratrabajo), sin futuro...así de duro el el futuro de una gran parte de nuestros jóvenes. La perdida de valores en la sociedad como el de la solidaridad y el apoyo mútuo se acentuan en nuestra sociedad, alumna avanzada de la despolitización, objetivo del capitalismo y el neoliberalismo.
Es necesario volver la mirada hacia nuestr@s jóvenes, hablar, dialogar y debatir con ellos, de sus inquietudes y de nuestras ideas, de sus preocupaciones y nuestras propuestas. Pero, primero hay que hacer una seria reflexión sobre los Jóvenes socialistas que, sin ánimo de polemizar, se han convertido en una plataforma de cargos públicos, dejando atrás los objetivos que una organización juvenil y socialista debe tener.
Bueno, la posible conclusión es que, o volvemos la vista hacia la juventud, provocamos su reacción ante las continuas agresiones ( presentes y futuras) o tendremos, cada día más un futuro absolutamente genuflexo ( perdón compañero Juan Antonio por utilizar lo de genuflexo en este contexto) y sumiso.
De cualquier manera, solo hay que constatar una realidad: no hay programas dirigidos a jóvenes, no hay infraestructuras pensadas para jóvenes...y hace veinticinco o treinta años, los centros juveniles ( religiosos o laicos) proliferaban. Quizá tengamos que volver a mirar en las experiencias pasadas para, actualizando programas y discursos, recuperar algunas cosas que valieron la pena.
Salud y Socialismo.
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