EXTREMADURA Y YO.

La situación que se vive en Extremadura entre el PsoE e Izquierda Unida es, salvando las distancias y odiando las comparaciones, similar a la que se produjo en El Campello en el año 1995.

El recuerdo es lo que nos queda y debemos aprender de el para no volver a caer en errores, de ahí que, personalmente, tenga la necesidad de recordar, no con la intención de expresar ningún tipo de arrepentimiento, sino todo lo contrario.

Los y las compañeras y compañeros de Extremadura han vivido el ninguneo prepotente de más de treinta años de gobierno del PsoE. Teniendo mayoría absoluta, y estando IU fuera del parlamento autonómico, nadie ni en ningún momento se ha dignado preguntar a IU cual es su opinión o qué propuestas tendría para solucionar los problemas de los extremeños. Ahora, que IU ha vuelto a entrar en el parlamento, los dirigentes del PsoE vuelven con arrobo su mirada hacia la coalición de izquierdas, no como un aliado, sino  desde el convencimiento de que IU es una mera muletilla en la que apoyarse para mantener el poder.

Desconozco la situación interna de IU Extremadura, pero las formas que se han seguido para tomar la decisión son, además de profundamente democráticas, coherentes y lógicas. La defensa de las reivindicaciones de los movimientos sociales que se han desgañitado pidiendo más democracia no puede chocar contra los intereses: o más democracia o más partitocracia, esa es la cuestión.

En el año 1995, el PsoE pierde la mayoría en el Ayuntamiento de El Campello. Unitat del Poble Valenciá ( hoy Bloc) y Esquerra Unida obtienen un concejal cada uno, con lo que la suma da una hipotética mayoría de izquierdas. ¿Qué ocurre?. Pues que al igual que en Extremadura, quien tiene la decisión en su mano son los y las militantes que en Asamblea deciden que no podemos aceptar un acuerdo basado en el reparto de cargos. No nos sentimos ( a pesar de las acusaciones que se vertieron y se vierten )responsables de que la derecha accediese al poder municipal. Y además, no solo eso, sino que a través de los escasos medios de los que disponíamos, convocamos una asamblea pública y abierta para informar de nuestra posición a los vecinos y vecinas. ¿Democracia?: absoluta y radical.

Y en esas están los y las compañeras y compañeros extremeños: o aceptar el papel de gregario circunstancial que el PsoE nos atribuye o ser coherentes con nuestras posiciones.

En mi opinión, considero que habría una solución a medio camino y esta es, sin que exista pacto alguno, pero con unas condiciones progrmáticas concretas y claras, dar el apoyo de investidura y permanecer en la oposición. De esta manera se pondría al PsoE en el brete de tener que decidir su política de alianzas: o con la derecha caciquil extremeña o con la izquierda transformadora de IU.

Es difícil, pero hay que valorar en IU Extremadura la coherencia de una organización que sí cree en la democracia interna y que no coloca a los dirigentes por encima de la militancia. Pero también hay que valorar la viabilidad de las propuestas con un gobierno de extrema derecha (PP) o un gobierno de social derecha ( PsoE).

Para terminar me gustaría decir que, respetando la decisión soberana de IU Extremadura, igualmente tendrían que hacer algunos y algunas dirigentes federales, intentando no inmiscuirse en la democracia y respetando el concepto federal de la propia organización.

Julio Anguita ha dicho que el proceso de refundación está inconcluso y que debemos afrontarlo cuanto antes, y considero que, no es que sea urgente; simplemente es una prioridad para convertir a IU en una fuerza no gregaria de nadie y con un perfil claramente posicionado en la izquierda transformadora que sea capaz de aglutinar voluntades y compromisos desde una estructura horizontal, democrática y solidaria.

Angel Sánchez Sánchez.

Militante de Esquerra Unida del País Valenciá.