El PSPV-PSOE, organización que todavía se lame las profundas heridas del 22M, va a poder lamerlas, con una mayor tranquilidad: los diputados y diputadas provinciales van a ser los que, habiendo vivido de las instituciones, van a seguir haciéndolo gracias a su sumisión al jefe del pesebre. Me dan vergüenza y asco, primero por no haberse marchado a casa ( el ex de Elche, la ex de Mutxamel, el ex de St. Joan, la ex de Guardamar…) por ser en gran parte los responsables del fracaso electoral y político, en segundo lugar por querer seguir paciendo en el pesebre de las instituciones, sean las que sean.
La Diputación es un vergonzoso foro de prebendas y mercadeo político: si se está con el que se debe, uno recogerá sus frutos y su pueblo se beneficiará, pero si no es así, ¡ ay si no es así!.
Seguramente la totalidad de Concejales y Concejalas del PSPV-PSOE irán a votar a quien diga la dirección que tienen que hacerlo (y mucho cuidado porque la dirección no se contiene ante “traidores” al pensamiento único), sin protestar, sin rechistar y, por supuesto, sin discrepar. El pensamiento único ha concretado su objetivo final: vivir de la política, pase lo que pase.
El movimiento 15M y los de DRY parece que no ven estas cosas y empiezan a concentrarse en la C/ Alona o donde sea que tiene la sede el PSPV-PSOE de Alicante pidiendo que, aquellos que decían sentir simpatías por el espontáneo movimiento ciudadano, asuman algunos de las reivindicaciones éticas que éste movimiento plantea respecto a la clase política. La actitud de los dirigentes de la derecha es, la que es, pero el papelón de los supuestos de izquierdas demuestra, por enésima ( y no será la última, pues los veremos subidos a algún coche oficial, seguro) vez que el PPSOE es algo más que un juego de palabras, aunque los social liberales travestidos de socialistas se empeñen en decir que son, no de izquierdas, sino muy de izquierdas: será para comer del pesebre, porque otra cosa…
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