PODER CONTRA PODER

El poder autonómico, ejercido desde una concepción federal y solidaria es un elemento de cohesión, todo lo contrario  de cómo gestiona la derecha cavernícola española las autonomías donde ostenta ( de ostentación y no de responsabilidad) el gobierno ( el poder).

El debate sobre la situación de las autonomías es perverso en sí mismo, pues no persigue el bien de la población, la eficacia de la administración y la racionalidad, sino todo lo contrario: la denuncia de quiebra que hacen dirigentes de la derecha nacional ( y nacionalista, española, claro) sobre las cuentas en Castilla la Mancha sin aportar un solo dato, entra en la estrategia del “ventilador” que la derecha utiliza cuando quiere quemar a su enemigo ( no rival). Al igual que en su día las acusaciones sobre persecución judicial, las de maltrato policial o de espionaje político, ésta acusación se enmarca en la ya conocida dinámica de “miente que algo queda y algo sacaras”. Evidentemente, no hay manera más propicia de preparar los “cambios”, que anunciar a bombo y platillo que las arcas están vacías para, una vez consolidada la opinión, una vez que el bulo ha calado en la sociedad, iniciar los recortes sociales en bien de la “sostenibilidad”. Y para ejemplo, la señora que denuncia que cobra tres salarios y se queda tan pancha hablando de la clase trabajadora.

Es preciso que el estado de derecho cree los mecanismo necesarios para atajar éste tipo de terrorismo pues, aunque se le podría llamar de otra forma ( intoxicación , e incluso estrategia política), no es más que un acto de terrorismo político e informativo. Creo que las reivindicaciones apoyadas por una amplia mayoría de la sociedad sobre mayor democracia y derechos, debería concretar urgentemente en medidas contra el mencionado terrorismo.

En estos momentos, el objetivo de la derecha va cogiendo forma: deteriorar la opinión pública con cualquier argumento, desinformación o chascarrillo para que el acceso a La Moncloa sea rodeada de gritos de bienvenida y loas al glorioso ascenso al poder. La sociedad debe revelarse contra esto, pues no podemos esperar que los partidos políticos inicien cambios sustanciales, escudándose en sistema de alternancia y la estabilidad institucional. Es hora de empezar a decir que YA ESTÁ BIEN, que la derecha española no puede seguir siendo, ni tan cavernícola ni tan de extrema derecha ( nacional católica), y que la izquierda no puede ser solo el lamento del derrotado, la voz de los amos del mundo ( mercados) y la conciencia de la sociedad en tiempos difíciles.

La creación de una amplia plataforma debe, a medio plazo, contar con la adhesión de las masas de trabajadores y trabajadoras que, además de buscar la subsistencia, anhelen la justicia, la igualdad y la solidaridad, pues de lo contrario, estamos condenados a una sociedad maldita y pervertida, donde la máxima del “pisa antes de que te pisen” será la nueva ley del oeste.