LLEGA EL MOMENTO DE LAS PROMESAS: ¿ES EL MOMENTO DE LA DEMOCRACIA?

DEMOS-KRATOS

La democracia moderna, la que nos han "vendido" en los medios de creación de opinión se limita a delegar en unos representantes a los que no podemos fiscalizar, ni revocar ( en su caso) a lo largo del mandato legal. Es más: algunos entienden esa delegación como una concesión de poder jerárquico con patente de corso para hacer, decir y deshacer sin necesidad de rendir cuentas ( en un ejercicio despótico poco ilustrado). Y llegados a este momento, toca hablar de democracia cuando realmente se quiere hacer referencia a la jornada electoral a través de la cual "delegaremos" nuevamente en personas elegidas por los partidos políticos para que...¿nos representen?. No estoy cuestionando el sistema en sí mismo, pero si esas miserias que propician incluso que personajes imputados e incluso condenados puedan ser de nuevo candidatos e incluso cargos públicos ( con la perversa premisa de que la "democracia indulta").

Bueno, hecha esta reflexión personal sobre la necesidad patente de mejorar la calidad del sistema, me centraré en la cuestión de las promesas que se hace desde los partidos políticos para convencer a los ciudadanos de que den su apoyo, o mejor dicho: de que deleguen en ellos su representación.

He leido diferentes entrevistas a candidatos locales y declaraciones sobre impuestos y similares realizadas claramente en el marco de la pre campaña electoral. Creo que las promesas deberían convertirse en verdaderos contratos sociales en los que, en caso de que la parte electa no cumpliese un mínimo, debiera presentar su dimisión, pero esto no es más que otra reflexión personal.

Creo que no es necesario rebuscar para intentar sacar a la luz pública la propuesta más "atractiva" electoralmente. Creo que es necesario incidir en las propuestas y compromisos que ataquen directamente la situación socio económica local, que añadan, como mínimo, un ápice de ilusión a los ciudadanos y ciudadanas y que, de forma responsable, plantee al resto de fuerzas ( de izquierda, porque la derecha no tiene un programa, tiene un acuerdo de consejo de administración) la necesidad de un pacto por el bienestar y el progreso. Esto, evidentemente no es posible porque todos están buscando y rebuscando para publicar la propuesta que más votos le depare . Si se paresen a pensar un minuto, y no solo en las urnas, sino en el futuro de los jóvenes, de las familias, seguramente considerarían la propuesta de un acuerdo social como algo, más que oportuno, necesario.

Otro aspecto son las propuestas sobre mayor democracia, y éstas, para que tengan un sentido, deben concretarse: consejos sectoriales, junta de vecinos, derecho a la información y libre expresión a través de medios públicos, etc. Es necesario que se concrete como se realizaría un presupuesto participativo, qué mecanismos se pondrían en marcha, como se consultaría y de que manera se acordaría. De lo contrario puede parecer que es recurrir al discurso fácil de exigir más democracia sin más y sin ánimo de asumir compromisos.

Creo humildemente que ese compromiso social que mencionaba antes es necesario. Que la ciudadanía conozca el porqué y el cómo de las propuestas. Que sepa que la prioridad es el bienestar social y no solo el ocio. Que tenga claras las líneas generales del programa de gobierno de cada uno y, porqué no, que pudiera tener claro que ponen en su mano la posibilidad de fiscalizar e incluso revocar a un político que no cumpla. ¿Legal?. No, pero para eso está la voluntad política. Sería un buen comienzo de esa nueva etapa que muchos y muchas quieren abrir.