L@s trabadores y trabajadoras públicos estamos convocados a un paro general para el mes de junio. La huelga, como instrumento y no como fin, está siendo cuestionada, pues los objetivos no están demasiado claros. L@s trabajadores y trabajadoras del sector privado no consideran a l@s funcionari@s como sus iguales, sino como sus competidores. Esta imagen está siendo fomentada por diferentes sectores sociales, incluidos los medios informativos e incluso los miembros del gobierno y la clase política en general. ¿Es justa la reducción y congelación salarial? Rotundamente NO. Y no lo es, porque much@s de l@s emplead@s públicos son mileuristas y no le deben su situación laboral a nadie. Calificar ahora a los trabajadores y trabajadoras públicos como “privilegiad@s” olvidando a los banqueros y directivos de grandes empresas inmobiliarias, olvidando a los especuladores y dejando de lado a las grandes fortunas, es utilizar la demagogia para justificar una medida a todas luces arbitrarias y facilona.
La huelga convocada, en mi opinión, debe sumar y no restar. Debe unir a la clase trabajadora desde el convencimiento de que los servicios públicos son, no solo necesarios, sino una herramienta eficaz de igualdad y justicia. La reivindicación debería ser, un No rotundo a los recortes en Servicios (esto es lo que supone el recorte en educación, sanidad, etc), un No a la congelación de Pensiones de forma generalizada. Un No a que la crisis la paguen l@s trabajadores y trabajadoras. La reivindicación debe partir de una exigencia: que los derechos que hemos conseguido l@s trabajadores y trabajadoras públicos se extiendan a tod@s. La reivindicación debe ser que hay otros medidas que tomar que no han sido valoradas: reforma fiscal progresiva, Sociedades especulativas, retirada de las ayudas a los bancos, retirada de tropas de Afganistán y Líbano, gravar los beneficios especulativos, elevar la fiscalidad de las pensiones multimillonarias, etc.
La huelga ha de ser fruto de un proceso de debate e información y no una imposición en nombre de la “conciencia de clase”. Debe existir un proceso de información y de debate que sea ampliado al resto de l@s ciudadan@s. Debe partir de una campaña donde l@s trabajadores y trabajadoras públicos consoliden una alianza con otros sectores laborales, de parad@s, etc.
Mientras en las administraciones locales (es un ejemplo) los cargos públicos sigan cobrando salarios vergonzosamente elevados; mientras existan cargos de confianza contratados a dedo y pagados por tod@s, la lucha y la movilización debe ser EXIGIENDO una solución a esta situación, verdadera lacra de la administración pública.
Si el paro general en la administración se convoca no solo para defender nuestros salarios, sino también para exigir una salida de la crisis donde la clase trabajadora, l@s parad@s, l@s pensionistas, no seamos los únicos paganos y victimas de la crisis, yo lo apoyo. De lo contrario, tengo mis dudas.
Ángel Sánchez Sánchez.
Coordinadora Izquierda Socialista
Agrupación Socialista El Campello.
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