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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

lunes, 31 de mayo de 2010

Nuestro presente contra nuestro futuro. I






Angel Sánchez Sánchez
Militante Agrupación Socialista El Campello
Adscrito a la Corriente Izquierda Socialista.


La pequeña marejada que ha provocado la posición de disciplina de grupo asumida por los Diputados adscritos a la corriente Izquierda Socialista, no va a suponer un punto de inflexión en nuestra corriente. No va a suponer, ni un punto de inflexión ni una reflexión colectiva sobre el papel que queremos jugar l@s que nos consideramos miembros de la única corriente organizada que existe en el PSOE.

L@s Diputados adscritos a Izquierda Socialista deberían, en primer lugar rendir cuentas en sus circunscripciones. Posteriormente,  deberían plantear el porqué y el para qué,  en la corriente  a la que han decidido adscribirse de forma voluntaria.

Petición de responsabilidades; las justas. ¿Porqué?. Para mí, sencilla explicación. ¿Qué es Izquierda Socialista si no un grupo de debate donde, ni sabemos cuant@s somos, ni sabemos qué hacemos, ni tenemos unas mínimas normas internas ( cualquier grupo de trabajo sectorial las tiene), ni un plan de trabajo, ni un funcionamiento democrático ( no hay ni debate ni adopción de acuerdos). Muchos actuamos bajo la denominación de Izquierda Socialista, porque voluntariamente hemos decidido adscribirnos por razones ideológicas y estratégicas. Ideológicas porque consideramos que las reformas sociales todavía  son posibles, necesarias y viables. Porque consideramos que la clase trabajadora  existe, es mayoría y necesita un partido que la represente y defienda frente a los abusos del capitalismo. Y estratégica porque, con nuestra adscripción y trabajo político consideramos que el giro político en nuestro partido es posible (luchar contra la concepción de partido como empresa electoral, luchar contra el personalismo/presidencialismo, luchar contra las continuas renuncias a nuestras ideas y objetivos, luchar por un funcionamiento democrático, etc) .

Pero, en realidad, nuestro papel es el que tod@s queremos que sea. No podemos pedir ni exigir ,pues tenemos la fuerza interna que queremos tener, y si no es así, reaccionemos. 

Realmente, si l@s que nos consideramos socialistas de izquierdas, si los que nos consideramos parte de la Corriente de Opinión Izquierda Socialista tuviésemos el objetivo de intentar transformar el partido al que pertenecemos, nos organizaríamos más y mejor. Predicaríamos con el ejemplo en cuanto al debate y a la democracia interna, tendríamos un censo de adscrit@s, nos dotaríamos de un plan de actuación e incluso ( a diferencia de los grupos y grupúsculos que defienden sus intereses a través de dinámicas de grupo, coyunturalmente previas a Congresos, Asambleas, elección de candidaturas, etc) de expansión. Hay agrupaciones socialistas que no saben que existe un grupo de opinión y trabajo denominado Izquierda Socialista.

Considero que si queremos influir desde posiciones políticas claramente progresistas y de izquierdas, nos queda un camino por recorrer, que no pasa por auto flagelarnos, pues estamos en el partido que queremos estar, a pesar de todo. Pasa por iniciar un camino lleno de enfrentamientos contra posiciones apoltronadas, contra compañeros de viaje que, diciéndose socialistas, defienden sus estatus de privilegio, contra el sustituismo de l@s cargos públicos respecto al partido, etc.

Yo, en mi humilde condición de militante socialista y miembro de Izquierda Socialista, ni me considero un “izquierdoso” ( como nos ha definido un ambicioso  cargo público en Alicante , que tal vez utiliza el paraguas de la corriente para dotarse del pedigrí del que carece) descerebrado, ni un radical peligroso que quiere romper el partido. Eso si, quiero y trabajo  porque el Partido recupere propuestas que, beneficiando a la mayoría, desarrolle una política más cercana a los conceptos de igualdad, solidaridad y justicia que nos han movido a l@s socialistas desde nuestra fundación.
La propuesta, para terminar, es simple: autocrítica, organización y acción. Desde ahí, podremos valorar si todavía hay razones para que sigamos luchando en el PSOE o nuestra posición ya no es útil ni a  la sociedad a la que pretendemos servir ,ni al partido que pretendemos sea el instrumento para servirla.

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