La huelga es un instrumento y no un fin. Cuando se convoca , es necesario valorar los objetivos que perseguimos, el mensaje que queremos transmitir y las posibilidades de sumar a la causa que se defiende. En definitiva, una convocatoria debe partir de un ejercicio pedagógico no solo en el sector convocado, sino en toda la sociedad.
La convocatoria del 8 no carece de motivos, sino todo lo contrario, pero en mi opinión debería haber sido sustituida por un proceso de movilizaciones, asambleas y actos en las empresas ( públicas y privadas) pues el ajuste impuesto a l@s funcionari@s afecta a toda la sociedad al tocar directamente servicios y ser la punta de lanza de un agresivo y definitivo ataque de los poderes capitalistas hacia l@s trabajadores y trabajadoras.
La imagen que se ha construido de l@s funcionari@s públicos es la de un grupo de insolidari@s privilegiad@s y sanguijuelas de la administración. Es una imagen que desde las organizaciones sindicales debemos frenar, desde la convicción de que, el fortalecimiento de los servicios ( y, por consiguiente de quienes los prestan) es un instrumento de igualdad.
Que no somos culpables de los males de la sociedad, sino victimas al igual que el resto de trabajadores y trabajadoras y que, a pesar de todo, somos solidarios con la lucha del resto de la clase trabajadora en el objetivo de movilizarnos, de forma general, contra las agresiones del capital y del gobierno como instrumento que éste ha elegido para impulsar una profundización de la injusticia.
Considero que es una huelga a destiempo. Una movilización parcial cuando lo que toca es una movilización general. Una acción sectorial cuando lo que tenemos que hacer es defendernos tod@s, de forma conjunta y unida. Ahora más que nunca: AGRUPÉMONOS TOD@S...
Huelga sectorial NO, Huelga General SI. Unidad de la clase trabajadora.
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