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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

miércoles, 25 de mayo de 2011

ALARTE Y SU DIGNIDAD ( y yo añadiría, junto a Alarte, todos y cada uno de los dirigentes que han propiciado, con su actitud prepotente, soberbia y frentista, la debacle del PSPV en todas las localidades del País Valenciano)

José Moratal,  Francisco Ruiz*
La debacle del socialismo valenciano ha sido de una envergadura superior a lo que pronosticaban las encuestas: los peores resultados autonómicos del PSPV en votos y el porcentaje, 27,5%, ha roto el suelo más bajo de su historia en las locales de 1995 con el 33,4% , y ha pasado de 38 escaños a 33, con una pérdida de más de 150.000 votos. Si a Jorge Alarte le queda algo de dignidad —sustantivo que tanto ha usado— no le queda más remedio que dimitir, sin llegar a tomar posesión de su escaño de diputado autonómico. Ese sería un acto que le honraría; aferrarse al cargo después de estos resultados sería perder toda credibilidad personal y lastrar a su partido. Recordemos su compromiso al asumir la Secretaría General: entonces dijo que si no obtenía mejores resultados que su antecesor dimitiría; tema que reiteró en varias ocasiones. Así pues, si uno no respeta su propio compromiso, deja de ser un hombre digno y de honor, traicionando el discurso de su campaña basado principalmente en la dignidad y la honradez de los hombres de bien.
Estos resultados los pronosticamos hace un año: leáse «El futuro del socialismo valenciano» (Levante-EMV, 12-05-2010). Sin dejar de atribuir parte del fracaso a Zapatero y su gestión de gobierno. Lo bien cierto, es que Alarte ha alcanzado la más absoluta mediocridad en el liderazgo del partido, en su discurso y en la praxis política. Lo ha vaciado de diálogo y debate interno. Con el argumento de la renovación ha cercenado el capital humano del partido, laminando a gente válida. Anulando el pluralismo y la diversidad de ideas en su partido. Ha destacado por tener especial habilidad para seleccionar a incompetentes, carentes de cualidades para impulsar el PSPV-PSOE. Es el prototipo de los que Von Clausewits describía como «los ejemplos de hombres que, después de haberse distinguido mucho sirviendo en posiciones inferiores, continuaron siendo mediocres en posiciones más elevadas, por causa de insuficencia de capacidad intelectual». Olvidó que su poder no procedía de sus méritos, sino que le fue delegado por las circunstancias del momento.
Prueba de la degradación a la que ha arrastrado al partido, es que los militantes socialistas dados de baja en sus tres años de liderazgo superan los seis mil. Y junto a la ruina económica deja en el catatonismo a la organización. Por prudencia y para no perjudicar al partido, los militantes han aguantado estoicamente mientras Alarte y su equipo se han dedicado a deconstruir la organización. Ha tenido su oportunidad y es inmerecedor de otra después de tan deplorables resultados como líder. Es la hora de la reconstrucción moral y organizativa del PSPV-PSOE. Le queda al Federal la función de evitar que Alarte acabe con el partido designando diputados provinciales y asesores en diversos organismos, pues su único objetivo es mantener el control del partido con liberados leales a la actual ejecutiva.
Ahora bien, la desaparición de Alarte no puede servir para que otros —responsables de la degradación del partido en otras etapas— y los que han sido cómplices de la gestión actual vuelvan a los viejos usos, y aprovechen el vacío posterior a la debacle para volver a ocupar cargos de los que no son merecedores. Esos que han convertido al PSOE en un partido de dirigentes acomodados que viven de las rentas de la marca. Quedan suficientes militantes, que han sido apartados y minusvalorados, para reconstruir el partido, y queda la esperanza de lograr que el partido encuentre al líder que se merece y vuelva a ser percibido por la ciudadanía valenciana como la mejor alternativa de gobierno. Comienza una ardua tarea para los socialistas valencianos.
*Militantes del PSPV

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