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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

lunes, 23 de mayo de 2011

BALANCE Y AUTOCRÍTICA.

Hoy es el día de la verdadera reflexión, y no el anterior a las elecciones. Los resultados electorales de los diferentes partidos y coaliciones serán analizados, o no. Lo cierto es que, en mi opinión, lo que las urnas han planteado es una lección de pluralidad, dando entrada a todas las organizaciones que se presentaron. Quien ha perdido ha sido la Ley d'Hont.

Una mirada superficial nos dirá que la derecha ha perdido un concejal, que el PSPV-PSOE ha perdido un Concejal, que el Bloc mantiene su dos, que EUPV mantiene el suyo y que entran DECIDO e Iniciativa. ¿Solo una lectura superficial?. No, el analisis debe ser mucho más profundo por parte de las organizaciones. Hay que analizar qué se ha dicho y la necesidad de mantener la coherencia en cuanto a austeridad, profundización de la democracia y política social. Es necesario que las organizaciones que conforman el bloque de "progreso" le digan directamente a los y las campelleros y campelleras qué es lo que van a hacer y cómo. No sirven negociaciones a espaldas de los ciudadanos pues sería la enésima traición a la ciudadanía. Si se va a negociar, que se plantee a los vecinos y vecinas en qué términos y que no se nos hurte la información y los términos exactos de los acuerdos.
A primera vista, el partido con mayor representación en la oposición parece desdeñar cualquier tipo de acuerdo, pero esto simplemente refleja el concepto de acuerdo que desde las filas del PSPV-PSOE parece tenerse sobre los pactos: ahora, los acuerdos no pueden suponer reparto de cargos y poder, sino un verdadero acuerdo programático que plantee el qué y el cuando a través de un programa político del que la ciudadanía haya estado puntual y exactamente informada y en el que haya podido participar (DEMOCRACIA REAL YA). Gobernar por gobernar no sirve. Llegar a pactos y acuerdos en los que el reparto del poder sea el único motivo, no sirve. Ahora, lo que vale es la democracia, la participación, la coherencia con los programas y la voluntad de acuerdo.
Partimos de una situación complicada y difícil propiciada por dieciseis años de gobierno de la derecha. Necesitamos un gobierno abierto, con claros compromisos con la austeridad, con sólidos compromisos con la política social y la reinversión en programas y acciones directas en materia de empleo ( fundamentalmente). 
Creo que vamos a asistir a unas interesantes semanas en las que cada uno y una tendrá que asumir la coherencia de su discurso: lo que se ha dicho, hay que cumplirlo ( y no me refiero a las cuestiones concretas, sino a los principios de los que ha partido el programa electoral).
Evidentemente, el acuerdo, partiendo de un programa, debería contener igualmente un principio fundamental: la pluralidad debe respetarse y la soberanía orgánica debe ser un punto primordial. No caben posiciones de soberbia mayoritaria. Cada uno debe asumir su responsabilidad, hacer frente a sus errores y, desde la autocrítica, renunciar a cualquier intento partidario de "fagocitar", a través de pactos, a otras organizaciones. La casa común de la izquierda es la democracia, los derechos sociales y la justicia económica y medioambiental

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