Que Antonio Asunción no logró los avales suficientes para disputar la cabecera de cartel puede criticarse por cualquier otra cosa, pero no por un pucherazo. El asunto se zanjó de forma orgánica y todos confiamos en la legalidad del proceso desarrollado. Si Antonio Asunción hubiera criticado el hecho de que el Comité Nacional designó candidato en vez de esperar a que finalizase el plazo para presentarse a las primarias, podríamos hablar. Pero así no.
Ahora, denuncia una purga en el seno del partido, y deberá demostrar que ésto es así. Deberá presentar contratos rescindidos de los "funcionarios del partido" que han sido cesados para que ésta acusación no caiga en su debe y aporte más razones para su baja definitiva. De momento, es una mera acusación sin pruebas ( si en el proceso de primarias detectó alguna irregularidad, como la anulación de avales por no ser militantes, debería haber puesto nombre y apellidos a esos avales anulados para demostrar su denuncia) y por el bien de todos, esperemos que el revuelo pase pronto, porque de lo contrario sí que parecería una verdadera campaña de desestabilización. Si realmente renuncia a defenderse ante los órganos que velan por garantizar los derechos de l@s militantes y finalmente opta por la vía judicial como única salida, estará confirmando que su intención no es luchar por un cambio ( el que sea el que el decía defender) sino crear mal rollo y deteriorar la imagen del partido como un "favor" hacia esa derecha que tanto le anima y jalea.
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