Antonio Asunción.

Apoyé la recogida de avales para Antonio Asunción, pero lo hice en contraposición a la posición de la dirección del PSPV que, habiendo sido designado candidato por el Comité Nacional, se lanzaron a la recogida de avales en un intento que yo y muchos interpretamos en un intento de evitar la celebración de primarias. Esa fue la razón. Tras la recogida de avales, Antonio Asunción denunció que habían existido irregularidades en el recuento de los avales, aparentemente se aclaró la cuestión y todo pareció volver a la calma. Ahora, por la denuncia de una Agrupación ( en la que creo que militan Antonio Asunción) se suspende de militancia y se prepara su expulsión. Evidentemente, cuestionar la legalidad de un proceso es un hecho grave, pero la expulsión es una solución excesivamente drástica. Antonio tendría que haber explicado porqué realizaba esas acusaciones y haber presentado, en su caso, pruebas más allá de la falta de sus representantes en el recuento. Y si así lo consideraba, haber apelado al Comité Federal de Garantías o al órgano necesario para aclarar lo que denunciaba que había ocurrido.

Ahora, la apertura de expediente y la más que probable expulsión, no van a cerrar nada, y no van a evitar que muchos sigan pensando que hubo interés en no celebrar primarias.

Recuero cuando Borrell ganó legítimamente unas primarias al representante del aparato, el compañero Almunia ( hoy Comisario europeo y defensor de la draconiana política financiera europea y de sus organismos) y los arrimados al aparato pusieron en marcha una campaña de acoso y derribo al legitimo candidato hasta que éste se retiró. Nadie abrió ningún expediente a nadie ni nadie fue expulsado. Esto, evidentemente no es lo mismo, pero tendría que primar el sentido común y evitar que asuntos que se podrían resolver de forma normal  se vuelvan contra nosotr@s.