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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

martes, 4 de enero de 2011

ZAPATERO Y SU MARGARITA.

Much@s dirigentes del PSOE consideran que el compañero Zapatero todavía tiene margen de reacción electoral. Confían en que, ante un líder como el que la derecha presentará, puede darse una reacción que sitúe al actual secretario general y Presidente como candidato a un tercer mandato. No es imposible, pero las dificultades van más allá de las encuestas y sondeos.

El que la derecha mantenga a un líder de cuyas propuestas no sabe nadie es un activo que en un momento determinado ( un repunte de la economía y el empleo) puede ser aprovechado para plantear la necesidad de volver a situarlos en la oposición como purga democrática, incentivando de este modo una posible refundación del partido de la derecha sobre bases más moderadas, intentando dejar en ese proceso el enorme bagaje reaccionario que todavía atesora en sus cimientos ideológicos. Esta tarea es difícil pues si algo ha logrado la derecha es, utilizando la demagogia y el oportunismo, situarse en el espectro democrático unificando en sus filas a los movimientos y pulsiones más a la derecha de la derecha. 

Centrándonos en nuestras filas, que el compañero Zapatero decida en un momento determinado volver a postularse como candidato a Presidente del Gobierno tendría que provocar en el Partido dos reflexiones. La primera es la necesidad de separar definitivamente ( y cumpliendo nuestro ideario de no acumulación de cargos) la Secretaría General y la candidatura a la Presidencia ( cualquier tipo de presidencia). La segunda es, reflexionar sobre la necesidad de avanzar hacia un Congreso extraordinario donde el programa político se revisase con profundidad y firmeza, redefiniendo ( o no) igualmente el ideario de nuestra organización. En éste segundo escenario, el debate debería centrarse en; o se profundiza en el carácter reformista como partido claramente de centro liberal o se opta por recuperar el carácter transformador del socialismo español. Una u otra opción conllevan inevitablemente una confrontación ideológica para la que l@s socialistas tenemos que estar preparados. 

La opción de repetir la concentración de cargos nuevamente enquistaría una situación que no beneficia a l@s trabajadores y trabajadoras, pues finalmente el Partido Socialista, sin debatirlo, sin autocrítica y obviando la discrepancia, habría optado por un golpe de mano no democrático que nos convertiría en ese partido institucionalizado, descafeinado ( más) ideológicamente y sin compromisos políticos más allá de la gestión administrativa condicionada por las decisiones de los organismos pancapitalistas, o lo que es lo mismo; lo que en la actualidad somos si haberlo decidido colectivamente.

Entiendo el apoyo cerrado de los actuales dirigentes del Partido pues en definitiva son corresponsables de la actual situación, pero lo que ni yo, ni much@s militantes entenderíamos sería que se amordazara a la militancia, solapando nuestra opinión bajo la de los dirigentes con el objetivo de vender electoralmente una unidad que nos hundiría más si cabe en el abismo de la política genérica, sin contenido pero con imagen.

Espero que el debate se produzca al margen de la decisión de la "margarita". Espero que los miles de militantes anónimos decidamos levantar la mano para pedir la palabra y, con la democracia interna en la mano ( con todo lo que ello conlleva de catarsis) decidamos hacia donde queremos ir y quien o quienes queremos que conduzcan el timón, sin cheques en blanco ni derechos de pernada sobre nuestra opinión.

No obstante, la recuperación de la confianza en el PSOE como partido Socialista comprometido con los intereses de la clase trabajadora va más allá del líder de turno que, inevitablemente pasará. La recuperación de la confianza pasa por una refundación de la organización, una horizontalización de la toma de decisiones y un rearme ideológico con alternativas ( que las hay) a la marea neoliberal o socialiberal que nos ahoga en éste momento. Como decía antes, un movimiento catártico que vuelva a darnos la confianza de la clase trabajadora y que no nos condicione a seguir guiados por la burguesía catalana o vasca o canaria.  Much@s de nosotros seguimos creyendo que éste País es progresista y que una amplia y plural alianza programática impediría a la derecha recuperar el poder político y a la izquierda desarrollar, definitivamente, un programa político avanzado, social y económicamente solidario, justo y sostenible.


Salud y Socialismo.


Los optimistas del PSOE (Ignacio Escolar)

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