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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

jueves, 17 de marzo de 2011

CRÍTICA AL ENTRISMO EN EL PSOE

El concepto de “entrismo” practicado por diferentes grupos trotskistas se ha convertido en un proceso claramente liquidacionista del movimiento surgido de la cuarta internacional, en mi opinión, al menos en lo que respecta al practicado en el PSOE. El entrismo a “boca cerrada” que supuestamente se ha venido practicando ,ha sido utilizado por sectores arribistas para constituir frentes que, lejos de defender un programa político han puesto por delante la ocupación de cargos públicos e institucionales, asumiendo por tanto la dinámica que combatimos: burocratismo (partidos burocratizados  e institucionalizados que abandonan la lucha ideológica, convirtiéndose en un reducto de intereses individuales). Y en el proceso de liquidación de ese entrismo “sui generis” podríamos encuadrar a Izquierda Socialista, un sector en el seno del Partido Socialista Obrero Español que lejos de haber transformado al “gran partido de masas” ( un partido que ha venido aglutinando históricamente el voto de la clase trabajadora), se ha confundido en su aparato hasta el punto de significar una simple anécdota organizativa. El mantenimiento, hoy por hoy de Izquierda Socialista en el seno del Partido, además de simbólico, supone mantener un instrumento que, de luchar contra el electoralismo, por la democracia, por la recuperación de ideas y propuestas, contra el culto al líder, ha pasado a formar parte de la estructura contra la que se suponía que luchábamos.
El abandono del Partido y el intento de sumar a la unificación del movimiento trostkista, y por ende a la lucha por el marxismo revolucionario ( adogmático ) fuera de la organización socialdemócrata es el único instrumento que tenemos los socialistas de izquierdas a la vista del fracaso del proyecto iniciado en el XXVIII Congreso del PSOE.
Hemos fracasado porque, desde el principio renunciamos incluso a nuestros principios fundacionales (recordemos: El PSOE y, en su seno, la Izquierda Socialista, retomará como primordial objetivo interno y externo la lucha ideológica y la formación ciudadana, consciente de que dicho esfuerzo, por lento y difícil que sea, fortalece la organización obrera) confundiéndonos con las diferentes mayorías social liberales que han dirigido el Partido desde el congreso en el que IS se conforma como corriente interna. Y el abandono del trabajo social, con la consiguiente dedicación exclusiva al institucional ha potenciado un “burocratismo” que ha incidido en el carácter de “marca electoral” frente al de instrumento de transformación en manos de los y las trabajadores y trabajadoras que perseguíamos.
De los planteamientos iniciales no queda casi nada; en todo caso una sorda lucha por la democracia interna. La renuncia a establecer verdaderos planes de crecimiento y consolidación han beneficiado por otro lado la aparición y consolidación de una “burocracia” interna en la corriente cuyo cometido ( salvo excepciones y salvo determinados momentos históricos en los que se lideró la lucha contra la corrupción , o por el no alineamiento respecto a la OTAN, cuestiones ambas que supusieron una sangría de militantes que, a la vista del hermetismo del aparato decidieron, o participar en otras opciones de izquierdas o simplemente abandonar) ha sido servir de parapeto y freno a las tímidas envestidas de una militancia inquieta pero escasa en número, relevancia y peso específico en los diferentes niveles organizativos. Este problema seguirá provocando abandonos en las filas de IS; algo que no parece preocupar mucho al grupo de dirigentes que conforman la coordinadora federal.
Ted Grant erró al pronosticar que “fuera de las organizaciones de masas, el tiempo nos hará desaparecer”: nosotros y nosotras mism@s hemos propiciado nuestra desaparición que, aunque no es definitiva, si aparenta ser imparable. En mi opinión, es necesario; o potenciar la corriente de opinión ( con los consiguientes riesgos), organizándola y dotándola de un programa político claramente definido en el marco de la izquierda transformadora de influencia marxista; o simplemente ( como he planteado muchas veces antes de aplicarme a mí mismo la lección), abandonar el Partido Socialista y luchar desde fuera, a través de nuestra participación en opciones que puedan incidir en la unidad de la izquierda a nivel programático y, porque no, organizativo.
Otro campo de lucha de los y las socialistas de izquierdas son los movimientos sociales ( personalmente el que considero el más positivo). Nuestra militancia en movimientos ecologistas, altermundistas, sindicales, etc, posibilitará que las propuestas que podamos plantear serán, como mínimo debatidas y pueden, en su caso, servir de herramienta de lucha ciudadana contra el monolitismo partidario que ha transformado a los partidos de izquierdas (al PSOE principalmente) en meras oficinas de colocación, cuando no en una suma de lobbys de intereses particulares lejos, muy lejos de los objetivos transformadores que hemos tenido históricamente.




En definitiva, el entrismo como instrumento para transformar “desde dentro” a los partidos mayoritarios del espectro electoral de la izquierda y progresista ha fracasado por nuestras propias contradicciones y solo nosotros y nosotras mism@s debemos tener la capacidad de reorganizar nuestras fuerzas para lanzar, nuevamente la lucha con la que nos hemos comprometido: el socialismo.
Un resumen podría ser: un@s hemos practicado el entrismo en un intento de transformar el Partido Socialista desde dentro y hemos rebotado contra el aparato,  y otros simplemente  lo han utilizado como excusa para otros fines.

Salud y Socialismo.

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