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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

viernes, 11 de febrero de 2011

LOS SINDICATOS Y LA REALIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA.

Los que militamos en la izquierda social y política acostumbramos a ser críticos hasta extremos insospechados  en muchas ocasiones no analizamos lo suficiente el motivo de esa crítica, siendo incapaces de extraer nada bueno o al menos aceptable. La cuestión del Acuerdo que el Gobierno ha querido vender como los "segundos pactos de la Moncloa" no van a solucionar nada, a excepción de las ansias de "sangre" de esos perversos desconocidos pero siempre presentes: los mercados. Los especuladores han impuesto una hoja de ruta que el gobierno ha aceptado sin rechistar ( bueno, perdón, rechistando cuando el FMI critica al Sr. Rato, cuya gestión defiende el Gobierno Español olvidándose de quien es el Sr. Rato), y dentro de esa hoja de ruta estaba la revisión de las pensiones para, en lo posible, precarizar más si cabe la vida de la clase trabajadora. Ante esto, ¿los sindicatos qué deben hacer?. A esta pregunta deberíamos contestar con otra: ¿y la clase trabajadora qué ha hecho?. Ambas preguntas son complementarias y deben ser contestadas al tiempo. No se puede desligar la actual situación de las organizaciones sindicales y la desmovilización de la clase trabajadora, donde la izquierda política tiene mucho de culpa.
La huelga general fue un éxito que podríamos calificar de bastante raquítico. No fuimos capaces de movilizarnos contra la apertura de la caja de los truenos de las agresiones a los y las trabajadores y trabajadoras por parte de los especuladores, como mano invisible que mueve las acciones de gobierno. Y fuimos incapaces de movilizarnos y parar el país porque los sindicatos se han convertido, con el consentimiento de la clase trabajadora ( que no milita ni se afilia) en extensiones administrativas de los poderes institucionales, con una dependencia económica que condiciona sí o sí su independencia. Esto tiene una solución, pero pasa por reconsiderar el qué, el cómo y el porqué de los sindicatos desde una labor pedagógica entre la clase trabajadora y reconstruir las organizaciones desde la base. Mientras tanto, los sindicatos estarán obligados a buscar el "mal menor" pues el apoyo de las "masas" es una utopía.

Sí, debemos exigir a las organizaciones sindicales que aligeren su peso orgánico y recuperen el trabajo en las secciones sindicales de forma voluntaria, pero por compromiso. Sí, debemos exigir a las organizaciones sindicales que recuperen su cambatividad reivindicativa, pues son el instrumento que tenemos los y las trabajadores y trabajadoras para cambiar nuestra realidad laboral más inmediata, para mejorar, de forma solidaria la situación de la clase trabajadora. Sí, debemos exigir a los sindicatos, pero sin olvidar exigirnos a nosotros y nosotras mism@s. 

El trabajo sindical del "que hay de lo mio" debe dejar paso a estrategias para la recuperación de la solidaridad entre trabajadores y trabajadoras, la acción directa y la autogestión. L@s trabajadores y trabajadoras asalariados que percibimos salarios de subsistencia somos los más, siempre que tomemos conciencia de ello y de nuestras posibilidades en un escenario de lucha y reivindicación, convirtiendo a nuestras organizaciones en verdaderos instrumentos de lucha y no lo que en la actualidad son.

Mientras tanto, seamos sensatos y, desde los diferentes ámbitos de la izquierda política y social, avancemos en esa nueva estrategia de pedagogía social para que en un futuro podamos exigir, ofreciendo nuestro esfuerzo y nuestro compromiso.

Salud y Socialismo.

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