NECESITAMOS REACCIONAR.

Los recortes dejan a la escuela pública tiritando

Educación trata de que las comunidades cubran al menos un 30% de las vacantes de los maestros jubilados. Las consejerías ofrecen cerca de 10.000 plazas para 300.000 opositores

 

Cuando es época de bonanza, la educación no la disfruta, la sanidad no la disfruta, los derechos sociales no se incrementan o consolidad.Cuando es época de recortes, los primeros en sufrir los tijeretazos son la educación, la sanidad, los derechos sociales.  ¿Es eso normal, decente, digno?.

La cuestión sobre la consolidación del Estado del Bienestar pasa, inexorablemente por la consolidación de esos tres pilares ( educación, sanidad, derechos sociales) más el cuarto: l@s dependientes y la infancia. Sin esas premisas, la sociedad camina hacia un precipio difícil de remontar: la generación que nos sucederá será la primera en vivir peor que sus predecesores en cuanto a derechos sociales y bienestar.

El empleo es un debe que hiere pero se afronta desde la conplacencia con las empresas; se les facilita el despido, se flexibiliza la contratación, se ponen en la picota los derechos aparentemente consolidados..Pero no se afronta una reforma fiscal que convierta nuestro sistema tributario en lo que la Constitución dicta: progresivo y redistributivo. Así, no se puede.

Y mientras tanto, ¿qué hace la gente?. ¿Vamos a tirarnos a la calle a gritar nuestra desesperación o vamos a seguir en el ensimismamiento de la supervivencia. Hay voces que auguran el surgimiento de protestas generalizadas, pero yo tengo mis dudas sobre la capacidad de la sociedad para movilizarse: un país que moviliza más efectivos en defensa de la libertad de descargas en internet que en defensa de las pensiones y de un empleo digno...me preocupa profundamente y debería ocupar nuestro tiempo y reflexiones.

Hay revoluciones pendientes; hay revoluciones que deben afectar a los partidos y organizaciones sindicales. Revoluciones que deben situar los derechos sociales frente al derecho a especular y enriquecerse. Pero, o empezamos ya, o llegará un momento en el que la involución, la reacción más vil se hará dueña de la situación y manejará la desesperación de las masas a su antojo. La sumisión social y económica será aceptada como algo natural, la aceptación acrítica de la perdida de derechos será un mal menor, y esto no podemos aceptarlo.

Hagamos algo, tomemos la iniciativa.
Salud y Socialismo