Un muy apreciado amigo me advertía que, con el tono que empleo, con lo que digo, poco futuro me veía. No estoy de acuerdo con el.
Primero porque el futuro, para mi, es y va a seguir siendo la lucha por un cambio en el partido en el que milito. Mi objetivo, sumar a la lucha ideológica y política para, cuando toque, convertirnos en un referente interno que tenga la capacidad de influir hasta el punto de condicionar.
Segundo porque mis ambiciones políticas son algo secundarias en mi vida. No me importa que por mis ideas u opiniones se me condicione ,ya estoy acostumbrado y tengo asumido que las opiniones condicionan.
Y en último lugar, me aconsejaba suavizar pero, ¿para qué?.¿ Para que los que tengan que hacerlo no tengan argumentos contra mi para presentarme, en su caso, como un revoltoso inconformista, protestón, anti dirección y poco, muy poco disciplinado??. Los que tengan que hacerlo van a utilizar lo que quieran o puedan y el partido hará lo que tenga que hacer atendiendo a los criterios que considere, algo que no me preocupa lo más mínimo. Los que tengan ambiciones no declaradas ( yo y los compañeros de I.S hemos dicho y hemos escrito que estamos dispuestos a participar activamente, no solo en el debate político e ideológico, sino en la candidatura) sí deben estar preocupados, nosotros no. Esto puede parecer una posición prepotente pero nada más lejos de nuestra intención ( y de la mía en particular). Simplemente que, cuando uno está convencido que lo que defiende es lo justo, lo hace con pasión pero con la humildad suficiente como para reconocer errores y rectificar, con el convencimiento de que el cambio y las reformas deben hacerse desde posiciones socialistas y no desde posiciones burocrático progresistas...cuando no nos importa el cargo ni las prebendas que conlleva....la tranquilidad es absoluta.
Un saludo a todos y todas las que vigilan a los demás buscando argumentos para derrotar con acusaciones lo que no pueden hacer con ideas y opiniones.
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