Estas dos cuestiones analizadas por separado nos llevan a una misma conclusión: la desesperación de la sociedad en la situación extrema por la que atravesamos hace que las posiciones reaccionarias avancen. Y esto no quiere decir, ni mucho menos que el ejercito sea un estamento reaccionario, que no lo es. Afortunadamente el estamento militar, gracias al esfuerzo de la sociedad y el PSOE superó los estigmas "cuarteleros" a los que se vio sometido por el franquismo durante cuarenta años. A lo que me refiero es que, en momentos de crisis de valores, lo que aparecen son los instintos más reaccionarios promovidos por discursos y movimientos políticos fascistoides en su inspiración aunque demócratas en las formas.
Recuperar el discurso de los valores empieza por nosotros mismos, por el ejemplo que podamos dar a la sociedad. Ejemplo de solidaridad, de apoyo, de compromiso con la justicia social. Ese proceso formativo es mil veces más eficaz que cientos de millones de euros gastados en campañas publicitarias.
Reflexionemos sobre los "nuevos valores" que priman en la sociedad y sobre la alternativa que planteamos l@s socialistas. Si realmente creemos en ella o simplemente respresentamos una escenificación formal.
Salud y Socialismo.
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