Izquierda Socialista tiene abiertas dos vías de influencia. Una a corto plazo y otra a medio y largo plazo. A corto plazo el objetivo debería ser ( en mi opinión) la elaboración de documentos políticos y propuestas. La defensa de los servicios públicos, la coherencia con la transparencia y la participación democrática en la gestión pública, una apuesta inequívoca por la construcción de pueblos y ciudades abiertas y habitables, una intervención enérgica y directa en materia de empleo y de formación, una estrategia donde el liderazgo político y social vuelva a recaer en los gobiernos municipales frente a los intereses particulares. En definitiva, una alianza entre la clase trabajadora y las organizaciones políticas de izquierdas con el Partido Socialista como vanguardia, desde el reconocimiento de la pluralidad y la soberanía pero con un firme compromiso con la unidad programática y estratégica.
Este objetivo a corto plazo se complementa con el necesario compromiso de los miembros de Izquierda Socialista en la participación en las candidaturas. Es necesario complementar nuestra lucha por la recuperación del proyecto socialista a nivel orgánico con la visualización ciudadana de que, desde la lealtad, somos capaces de situarnos en lo inmediato sin renunciar a nuestros objetivos. Nuestra capacidad para influir en las transformaciones y reformas políticas sin renunciar a nuestro crecimiento orgánico desde el debate ideológico y estratégico.
Evidentemente, nuestra participación en las candidaturas no puede diluir la imagen de Izquierda Socialista sino al contrario. Puede ocurrir que al sector mayoritario le interese nuestra participación como un método de control y , desde el mercadeo de cargos, intentar disolver a la Corriente. No debemos permitirlo. Nuestra participación debe ser, como socialistas, como militantes del PSOE adscritos a una corriente de opinión con voluntad y ambición de mayoritaria, como instrumento para propiciar un giro democrático en nuestro partido.
El compromiso a medio y largo plazo es, recuperando las reivindicaciones históricas (no anticuadas) de Izquierda Socialista, luchar institucional y orgánicamente por sumar compañeros y compañeras a nuestro proyecto pues, seamos claros: nos quedan dos años hasta nuestro próximo proceso congresual. Si queremos posicionarnos como algo más que un "pepito grillo", debemos reforzar nuestra corriente de opinión cuantitativa y cualitativamente ( esto último está asegurado pues el nivel de debate ha sido, es y seguirá siendo superior a otros órganos del partido).
Izquierda Socialista, en el PSOE debe abanderar la transformación de la política. Debemos trabajar por renovar las alianzas con la clase trabajadora, con las organizaciones sociales, con los colectivos vecinales, no desde el simple proselitismo, sino desde la humildad de, teniendo un proyecto, saber asumir propuestas e iniciativas de los ciudadan@s que enriquezcan el socialismo dotándole de una clara transferencia entre sociedad civil y toma de decisiones políticas.
Ahora tenemos una nueva oportunidad. No debemos ocultar nuestros objetivos. No debemos renunciar a debatir. Llevamos años hablando y debatiendo sobre el papel que queremos jugar como parte del PSOE, como socialistas. Ahora la tenemos. Desde la responsabilidad, desde la coherencia pero sin renuncia alguna a nuestros principios. Con flexibilidad y con sentido practico pero sin dar un paso atrás. Nuestras ideas y propuestas no son un todo monolítico. La sociedad debe y va a influir en ellas y no debemos temer por tener que relegar objetivos por la acción inmediata que resuelva los problemas de los ciudadanos y ciudadanas.
Luchar contra el electoralismo y la institucionalización. La lucha por un socialismo que cuestione absolutamente todo, autocrítico y en constante revisión. Por un socialismo que sume desde el compromiso político y no desde el oportunismo. Un socialismo que, de nuevo, tenga a los trabajadores y trabajadoras como aliados y no como clientes. Tenemos la oportunidad, ahora debemos aprovecharla y dar el nivel que nuestros debates nos presuponen.
La incomodidad que puedan causarnos las decisiones que nuestro partido está tomando deben seguir siendo contestadas pero, considero que estratégicamente debemos centrarnos en construir una imagen de alternativa interna, pues es una clara via de transformación ( la confrontación abierta no nos beneficia, ni a nosotros ni a nuestra organización). Debemos ser contundentes pero eficaces, leales desde la discrepancia positiva y constructiva. Debemos, definitivamente, dar prioridad a los intereses de la sociedad a la que queremos representar (esa sociedad cercana e inmediata que son nuestros pueblos y ciudades) influyendo programáticamente y comprometiéndonos en la acción directa e institucional.
Es una opinión.
SALUD Y SOCIALISMO.
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