Los dirigentes populares tienen en un muy bajo concepto a los ciudadanos y ciudadanas de la Comunidad Valenciana. Piensan que, pese a ser el partido de la putrefacción, el partido de la gestión vigilada, el partido de los amiguetes...los ciudadanos y ciudadanas van a depostiar su confianza y su voto en ellos.
Los corruptos no pueden ni deben desempeñar cargos públicos. Los sospechosos tampoco hasta que se demuestre su inocencia, no por ellos, sino por los tribunales. Sobre los que recae la sospecha no deben recibir los votos de los trabajadores y trabajadoras ( ya tienen bastante con el voto de la acomodada burguesía valenciana).
Debemos luchar contra la tomadura de pelo que suponen las candidaturas de la derecha. Poner en evidencia la ausencia de planteamientos políticos, habiéndo sido sustituidos por la demagógia y la mentira. Tenemos la obligación de echarles de las instituciones, de forma democrática, pero no solo con los tribunales en la mano, sino con un verdadero proyecto alternativo.
SALUD Y SOCIALISMO.
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