La aparente crisis social que parecía que iba a producir el salvaje incremento del IBI en El Campello se ha quedado en una mera recogida de firmas. El incremento progresivo del Impuesto de Bienes Inmuebles va a seguir aplicándose de forma inevitable. ¿Cual es la alternativa?.
La crisis económica y financiera ha propiciado que, en nuestro pueblo, el desplome de la construcción nos deje sin ingresos. Ahora es momento de replantear la situación: ¿Es posible mantener un Ayuntamiento con el nivel de ingresos corrientes que tenemos?. No solo es posible, sino necesario.
La cuestión no es solo el hecho en si del impuesto, sino cómo se recauda y quién lo recauda. El cómo todos y todas sabemos que es a través de la entidad SUMA, un órgano público que hace las veces de policía y "evita" al Ayuntamiento el ingrato papel. Igualmente, desde la óptica del mínimo esfuerzo, "facilita" y "aligera" la gestión.
Bueno es saber que quien tiene la responsabilidad, quien posee la capacidad de imponer tasas e impuestos es el Ayuntamiento. En nuestro caso la gestión delegada es más que cuestionable pues despersonaliza la gestión del cobro.
Otro de los problemas que el ciudadan@ tiene es saber a qué se destinan los impuestos y tasas que paga. Normalmente el ciudadano que abona de forma disciplinada sus impuestos exige servicios y eficacia pero, ¿es posible mantener el nivel de servicios y mejorar la eficacia a través de los impuestos?. Tal y como está concebida la gestión municipal resulta difícil de mantener que esto pueda ser así.
Es necesario buscar nuevas vías de financiación. Es imprescindible, al igual que se ha hecho en otras comunidades ( Andalucía, por ejemplo) la creación del fondo de financiación local o municipal que compense económicamente la prestación de servicios que tendrían que gestionar otras administraciones. Es necesario incluso la creación de nuevos impuestos y tasas. El problema es el cómo se distribuyen y donde se invierte.
Ahí el ciudadano sí tiene razón: hay que buscar la eficacia y la calidad, pero también la redistribución. Este concepto no está demasiado claro para muchos y muchas de nuestr@s convecinos y deberíamos realizar un trabajo pedagógico para su comprensión (trabajo pedagógico junto a medidas de restricción del gasto innecesario).
El desarrollo de una participación ciudadana directa, tanto a nivel informativo como decisorio podría ayudarnos a extender la idea de una sostenibilidad financiera: recursos corrientes=servicios de calidad.
La cuestión de la gestión también debe tratarse y, valorar si la conveniencia de una gestión indirecta es la mejor de las opciones o si por contra es preciso rescatar el servicio para su gestión directa por los servicios de recaudación municipales.
Este debate no solo afecta a la recaudación municipal, afecta a la totalidad de servicios que en la actualidad se encuentran "contratados" con empresas externas. La opción de la empresa municipal, el órgano público autónomo podría parecer en un principio engordar la burocracia e incrementar gastos, pero no tiene porque ser así. Descentralizar no tiene porque suponer un incremento del gasto público sino una racionalización de los recursos siempre y cuando no nos dediquemos a crear super estructuras burocrático políticas.
La última cuestión es clave para abordar el equilibrio financiero. ¿Es posible mantener una estructura política remunerada de la forma que actualmente está?. La consideración que hemos planteado muchos y muchas y que, a la vista del desarrollo de la crisis se hace necesaria, es la revisión y reducción de los gastos destinados a la estructura política. No solo como medida económica sino como ejemplo de austeridad y de claro sentido de servicio público.
Creo que son debates que debemos ir abordando sin dejarlos pues, el futuro proyecto que se presente a la ciudadanía tendrá que ser claro en temas como el de los impuestos. La demagogia no sirve. Lo único que sirve es la claridad y el compromiso. Bajar impuestos, en la actual situación es prácticamente una medida inviable, pero no es inviable explicar donde van y en qué se utilizan. No es inviable informar y dar participación sobre el cómo se invierte el dinero público. No es inviable poner en marcha un plan de ahorro que, manteniendo el nivel impositivo actual, nos permita campos de actuación más amplios en materias como empleo, vivienda, servicios, etc.
La regeneración democrática empieza por la transparencia y la corresponsabilidad ciudadana se trabaja con información y formación.
Salud y Socialismo.
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