El debate sobre los toros en Catalunya ha culminado con un acuerdo de su Parlamento. En cualquier otra comunidad autónoma, seguramente adoptaron hace años un acuerdo preservando la toquilla, la peineta y el puro tras el café. Seguramente en otra comunidad han declarado el arroz con caracoles plato "nacional" del lugar. La conclusión es que ésta seña identitaria que ha sido impuesta culturalmente como "festejo nacional" es algún tipo de "pegamento territorial". La derecha así parece entenderlo.
Otra cuestión que me ofende como ciudadano es la utilización que están haciendo determinados medios de comunicación en defensa de los toros no por su contenido "cultural" sino por el negocio que supone para sus intereses. Periódicos, canales de televisión, contertulios, se afanan en defender el carácter cultural de un acto que, por su naturaleza, es un monumento al horror. No me sirve que saquen del cajón a los clásicos, pues en sus tiempos, no había otro entretenimiento, a parte de fabricar de forma compulsiva embarazos.
Los catalanes se sienten ofendidos por la decisión del T.C de anular una parte del Estatut. Los Españoles se sienten ofendidos por que los catalanes se sienten ofendidos y les acusan de secesionistas y separatistas por haber prohibido, a través de una iniciativa legislativa popular, los actos taurinos. La calle clama venganza contra catalunya y catalunya se siente cada día menos unida a la España de los impulsos genéticos y testiculares.
Creo que hay que ser respetuoso con las decisiones que se adoptan en los parlamentos. En Castilla la Mancha adoptan acuerdos sobre sus asuntos, en Euskadi sobre los suyos y en el Parlamento Español sobre el de todos. El Estado Federal es así: todos unidos en un Estado con sus peculiaridades y sus singularidades. El día que aprendamos a respetar estas cosas, habremos avanzado en esa necesaria culturalización que definitivamente construye país.
Salud, Socialismo y Estado Federal.
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